Esto que vamos a contarte seguro que te suena.
Estar sentado intentando estudiar y, mientras tanto, pensar en todo menos en lo que hay en el libro.
¿Nos equivocamos?
También hay otra situación muy común, que es la de postergar lo que tienes pendiente de estudiar para, en su lugar, hacer cualquier otra cosa que te apetezca más.
Está claro que siempre vamos a encontrar una excusa para no hacer lo que debes pero, ¿qué pasa con el arrepentimiento de después? ¿De verdad crees que merece la pena?
Los ladrones de tiempo son el principal enemigo de la productividad, y hacen que pierdas entre un 50 y un 70% de tus horas efectivas de estudio.
Además, afectan a tu capacidad de concentración y a tus niveles de atención.
Así que, con el post de hoy pretendemos hacerte recapacitar sobre esto y también ayudarte a identificar esos ladrones de tiempo para que puedas evitarlos y dedicarte a tu verdadero objetivo: estudiar.
Tres motivos por los que no te cunden las sesiones de estudio
1. Falta de organización

Estudiar un día en el sofá de casa, otro en la biblioteca, otro en la mesa del salón, tumbado en la cama…
No te vamos a decir que así sea imposible, pero te aseguramos que sí que hace todo mucho más difícil.
Tener un sitio específico para estudiar, que sea cómodo, tranquilo, luminoso y con todo lo que necesitas para estudiar es imprescindible para que las sesiones de estudio den su fruto, y puedas sacarle todo el partido.
2. Distracciones

La tecnología es maravillosa, y el hecho de que todos podamos estar conectados increíble pero esto también tiene su parte mala.
Notificaciones del móvil sonando, televisión puesta de fondo, música sonando…
Todo esto hace que, sin que te des cuenta, te desconcentres y te cueste mucho más trabajo estudiar.
Nuestro consejo es que, cuando tengas que estudiar, pongas tu smartphone en modo avión para que no suenen las notificaciones.
Ya tendrás tiempo de leerlas cuando hayas terminado con lo importante: estudiar. ¿No crees?
3. Procrastinación

O lo que es lo mismo: “luego lo haré”.
Procrastinar es el hábito de dejar para después tareas que sabes a ciencia cierta que tienes que atender.
En su lugar, las sustituyes por otras que son menos importantes, pero que te apetece más hacer.
Todos lo hemos hecho alguna vez, ¿verdad?
Es cierto que evitar esto requiere un esfuerzo por tu parte, pero imagínate lo orgulloso que te sentirás después de haber realizado una tarea que no te apetecía mucho.
Salir a la calle…estar siempre en la calle
Hola Joaquin. Hay tiempo para todo, para estar en la calle y disfruta de vivir en un pueblo y también para estudiar 😉